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lunes, 27 de junio de 2016

Luces y voces

¡Ah si endulzar pudiesen las lágrimas
    hasta el mismísimo fondo escondido del mar!
¡Si estos subterfugios sedientos de las almas
    unir pudiesen sus manos
        un poco antes de sorprender el crepúsculo!
Podrían entonces batir con ardor
las palmas expectantes de mi pecho.

Sueño avanzar sobre este campo
hacia las manos de la aurora/
¡Aún arrastrando mis huesos
sobre el verde aguerrido del césped!

Suelen perder la luz
    los hombres de sólo carne/
Suelen venderla
por un guiso y algunas lentejas.
Mientras tanto madura el paso del tiempo/
    a pesar de suspiros y sudores.
Y el indigente recuerda al trigo
cuando solo algunos fideos se dilatan en la olla.

Hoy besa mi sangre el lacerante estrés del Amor.
En los puños de esta noche
    (larga noche)
        me adormezco/
para despertar algún día
en la chispa madurada de un nuevo sol.

Abro al futuro esta agenda/
Vanidad de poeta/
¡Una vez más esta copa de sueños remecida!
Tiendo esta mesa de bohemias y utopías... y cantos/
porque las voces...
¡Sé que las voces
pueden derribar los muros!

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 14 de noviembre de 2015

Simple

No es/

   ni fortuita
      ni gratis
   la defección que siembra la indolencia del espíritu.
Tarde o temprano
   brotará la semilla de su mal.

Es porque no piensa con el corazón
   que el mundo cae en el raciocinio de su muerte.
Su necia picardía
   guarda el escrúpulo en los cofres del cinismo.

Todavía desierto de amor/
   fustiga sangre el andar de los hombres.
Se creen sabios/
y enseñan malabares a robots
   en el campo sideral de atónitas estrellas...
pero sus almas no saben volar.

Pareciera vano    finalmente
   el hechizo que nos brinda
      la floresta colorida en el desierto.

Es así/ que revuelto en penurias combativas
   danza este follaje amarillento/
de quien fue quitando verdores
   el hollín y la flama
      del ardiente vivir.

¡Pero es simple el remedio, sin embargo!...
¡Simple!
Como una gramilla extendida
   sobre la piel de la tierra.

Es sólo saber sentir/
   para comprender a las voces
      que suenan en estos ojos.

De toda esta...
   crudeza de la desidia
      me desahogo a veces mirando a los nidales/
   Donde los picos besan
      al amor
         vestido de plumones...
y veo a la lluvia/
   generosa/
      alimentando a la semilla.

También te miro/
y aunque nos crean en el altar de la locura
   deja que sea inseminada de estrellas
      la cuenca florecida de tu cuerpo.
Embriaga tu corazón de sentimientos/
   para que estalle
      en cada poro de tu piel/
para dulcificar    simplemente
    /como lo hacen tus ojos/
este ácimo pan
   que nos toca vivir.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 24 de agosto de 2014

El temor de Babel.

                                                         "En el principio el Verbo era. 
                                                          Y el Verbo estaba con Dios.
                                                          Y el Verbo mismo era un Dios."

                                                          Juan 1:1


Ante la soberbia del polvo se ofendieron los dioses.
Ladrillos dispersaron en el aire.
Cayeron la piedras
    los verbos    los nombres.

Millares de lenguas confusas hirieron los confines/
Y de pié aún    el ser/
    (se dice humano)
protege su temor
    que ignora el mensaje del espíritu.

De pié/    Babel/
    en su pertrecho de pólvora y alfabetos.
También el susto
    de herir con estos versos.

¡Ay!
Se endurecen bajo el sol
    argamasas imposibles.

Tengo miedo de accidentar esta expresión.
Miedo de atar mi dimensión a las palabras.
Siento la carencia enfermiza del lenguaje del silencio...
Siento que sólo los ángeles encienden las miradas.

Puedo escurrir estas letras sin embargo/
    en los puntos inconexos
        de lo mudo y de lo sordo.

Temo    vez tras vez
    el agobio de los pueblos en la ardua diplomacia
        de la palabra muerta e imprecisa.

Temo el desgaste del amor
    bajo normas y convenciones, de signos y protocolos...
"Estarán escritas en el corazón (dijo el profeta)
    las tablas de la ley".

Tiembla Babilonia en el centro de esta hoja
que se cree vacía
a pesar de tanta tinta derramada.

Volveré, tal vez    /distante/
    a la nube antigua.
Volveré
    a mi duro silencio.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

sábado, 26 de abril de 2014

Sentidos

Sueño despierto.

Cataratas salpicando estrellas
   son mis sueños.

Revivieron tus ojos.

Luminosas barcazas son
   en la semblanza sonriente del mar.
...de profunda tristeza 
   renacieron los míos.

¿Comprende el mundo
   que es porque hiere
que muere tras cada herida?

...Y la soledad no está sola/
Muchas veces me toma de la mano.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 20 de abril de 2014

Tristeza y quietud

Es domingo
    y canta una larga tristeza el silencio.
Veo desde la ventana los árboles fantasmales/
Inmensamente quietos/
Inconmovibles   sus hojas   su vida.

Un ojo del Sol me espía
   entre las nubes abarrotadas/
Aguas de piedras arriba/
Encapotan de penumbras
   este esbozo gris de brumoso silencio.

La mirada del corazón acribilla el cristal
   mientras en los hombros se encarama lo ausente.

No miro atrás/
No quiero mirar/
No quiero escuchar
   la sinfonía incompleta
      que de los enseres emana.

¿Es debido a mi espera que se detiene la tormenta?...
¿Moverá nuevamente el viento a estas hojas
   cuando estén tus manos sobre las mías
      y tus ojos se adentren
         en mi quietud que huele a desamparo?...

Es domingo...
   y canta una tristeza infinita
el rotundo silencio de la mañana.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 15 de noviembre de 2009

Raíz del mal



                                               Excusa de post edición:
                                                               Los poemas del libro, "Sobre la piel de la Tierra"
                                                          (como el presente), nacen en el contexto de la
                                             "Era Bush", invasión a Irák, etc. Quizás por ello
                                              la indignada inspiración panfletaria y realista  por
                                                              la que se me puede acusar.   
                                                                                                         J. C. L. R.     



He aquí la imagen
    de ciertos hombres.

Cabezas trapezoidales/
En ellos no cabe
    ni un gramo de túmulo gris
        donde construír una historia
            digna de la vida.

Por las paredes de esa habitación
que suelen llamar cerebro
suben apenas caracoles oscuros.
Inútiles ninfas anidan
    detestando el hábitat.

Estos triángulos/
estos vértices    milimétricos
asoman desde el suelo
    su condición de impíos execrables.

En su increíble bajeza espiritual
ostentan ser dueños
    y señores de la Tierra.
suelen seguirles una corte
    de innumerables secuaces
sin más posesión
    que sus extremidades inferiores
suficientes para pisar las uvas
    en el lagar de la maldad.

Es con esta clase de hombres
    que aún el mundo 
        cocina sus guisados/
difundiendo    violenta    indigestión.

¿Por qué están allí estos señores
    con sus cetros medievales?
¿Quién los coronó
    para la empresa
        donde se creen
            encumbrados por los dioses?

Es muy simple la razón/
Hay muchos indolentes
    que los aplauden
        para luego arrepentirse...
O para llorar    mas bien
    como     cocodrilos?

En realidad
es geometría bien definida
    el escabel del drama humano.
Es el egoísmo 
    la raíz venenosa del árbol.

Cuando elige/
Todavía piensa en sí el Hombre...
¡Cree pensar en sí mismo!/
No en el otro/
mucho menos en el Todo.

El egoísmo/
He ahí la raíz del mal. 

Autor: Juan C. L. Rojas 

AMIGOS, GRACIAS POR VUESTRA PARTICIPACIÓN.